Vivienda de emergencia: Parche o solución

Las viviendas de emergencia en el país como respuesta ante situaciones de catástrofe
datan desde 1939 con el terremoto de Chillan (Lawner, 2010 en Saffery y Baixas 2013).

A partir de entonces este tipo de construcciones son conocidas como “mediaguas”, es
decir, viviendas construidas con madera, con una superficie de 6×3 mts y concebidas
como soluciones transitorias para familias afectadas por desastres naturales.

¿Pero qué pasa luego con estos grupos familiares que se ven desplazados de sus
hogares? ¿Qué tan óptimas son las condiciones de vida dentro de estas viviendas de
escasas dimensiones que normalmente albergan entre 4 y 6 personas?

¿Las viviendas chilenas son “realmente” eficientes energéticamente?

La edificación comercial de viviendas y edificios en Chile incide 21% en el consumo de energía total del país, según la Ruta Energética 2018-2022 del Ministerio de Energía, lo que a su vez impacta en el aumento de emisiones C02 medio ambiente, dejándonos cada vez más por debajo en la escala de Calificación Energética de Vivienda (CEV) del Ministerio de Vivienda Urbanidad (MINVU) y de las certificaciones de edificios y viviendas sustentables.

Los 7 pecados del prefabricado de hormigón tradicional

LOS 7 PECADOS DEL PREFABRICADO DE HORMIGÓN TRADICIONAL
1. Peso: Los elementos prefabricados de hormigón pesan en promedio 2,5TON por m3 de elemento prefabricado, lo que hace que el peso por cada pieza sea un factor clave en la programación de la obra, como también en los costos directos e indirectos de la misma, tales como, peso propio del edificio y su requerimiento estructural, transporte, grúas de izaje, accesos al terreno, entre otros.